1 de mayo de 2014

10.30 am en Valparaiso. La casa es rosada, te recibe con un pasilloescalera que acusa el paso del tiempo. Los pisos son de madera, en cada paso que das, ella te recuerda que estás caminando. Desde la ventana, las calles se ven vacías, apenas unos turistas con cámara en mano buscan ese espacio para fotografiar que en otros días hubiera estado preso al transitar de la vida cotidiana. El día es gris, si hasta parece haber llovido mientras yo acunaba un sueño de mi amor de marcapiel. La bienvenida fue con el sol de las casas marcadas, con las sonrisas de quienes siempre vuelven a creer, con el buen vino y los vasos compartidos. Llegué con la nueva luna, con la nueva vida. Valparaiso es como contaban...

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